Para recordar cada segundo de la vida, para tener la imagen en la mente y en el corazón cuando se pida un plato de comida, cuando uno sabe que hay algún alimento que se va a dejar o que la porción es demasiado grande. Para jamás desperdiciar un alimento y para que la solidaridad y la compasión no se desprendan ni un segundo de nuestras acciones:

– Si usted me asegura que no va a decir nada yo le digo cuál es mi secreto.

Dice Amena y habla más bajito y mira alrededor como quien quiere asegurarse. Yo le digo que claro, que a quién le voy a contar qué, y ella me dice que a veces pone a hervir agua y le agrega algo, una piedra, una rama, cuando los chicos no la ven.

– Entonces los chicos ven que estoy cocinando algo y yo les digo que va a tardar, que se duerman un ratito, que después los despierto. Y entonces así se duermen más tranquilos.

Yo escucho; no le pregunto qué le dicen al día siguiente, cómo hace para que funcione más de una vez: me parece que no quiero saber.

 

El hambre. Martín Caparrós.

Nuestro pasado inverosímil

Hablando sobre un suplemento alimentario –preguntándose si es aceptable que millones de niños y adultos en el mundo tengan que sobrevivir gracias a él, sin intentar resolver el problema social que lo hace necesario– y analizando el absurdo de la existencia del hambre, Martín Caparrós dice, en su libro El hambre:

El plumpy es, al fin y al cabo, solo un remedio parcial para una enfermedad que no tendría por qué existir: la más evitable, la más curable de todas las enfermedades conocidas.

El hambre mata más personas cada año –cada día– que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos, y no existe.  El hambre no participa del misterio, las sombras insondables, lo inmanejable de la enfermedad: la impotencia frente a lo incomprensible. El hambre se entiende demasiado, aunque no existe: es un invento del hombre, nuestro invento.

Y podría ser, tan fácil, nuestro pasado inverosímil.

El hambre solo existe porque se lo permitimos. Nos importan más los mercados. Nos importan más las reglas que nos inventamos. Botamos comida a la basura. Dejamos platos completos. Se pudren toneladas de alimentos guardadas mientras nosotros nos peleamos entre países y sociedades artificiales, y mientras niños y familias enteras se pasan los días sin saber para qué vuelven a abrir los ojos, famélicos, con la piel pegada a los huesos y las lágrimas secas.

De hambre se está muriendo esta sociedad. Ojalá llegue ese pasado inverosímil.

El Valle de Nadie en CNN en Español

Entrevista con Pablo Jacobsen para su podcast Máximo Desempeño, de Revista Semana

Autora

Soy Catalina Franco Restrepo, periodista, viajera y lectora incansable. Aprendiz de escritora. Soy colombiana y vivo en Colombia, pero he viajado por 47 países y vivido en Estados Unidos, Canadá y España. Tengo un máster en Relaciones Internacionales y Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid porque soy adicta a entender cómo funciona este mundo maravilloso, complejo y tantas veces tan doloroso. Después de hacer una práctica en CNN en Atlanta, he trabajado en medios de comunicación como La W, en editoriales como el Taller de Edición y en distintas empresas como asesora de comunicaciones y relaciones públicas. He hecho traducciones y escrito para distintos medios nacionales e internacionales (actualmente soy columnista de la revista Cronopio). En resumen, a partir de mis lecturas y mis viajes intento comprender el mundo, siento más cerca su dolor y su magia, e intento escribir para compartir un poco de todo eso.

En 2018 publiqué mi primera novela: El valle de nadie (disponible en Amazon).

En cuanto a este blog, hay espacio para mis textos sobre lo que me conmueve, para opiniones sobre el mundo y también para compartir la riqueza del planeta a través de relatos e imágenes de viaje.

Entrevista El Tiempo Televisión sobre El Valle de Nadie

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